Comedor «santa teresa de calcuta» cumple un mes
Durante este periodo de hambruna, he podido con satisfacción abrir un comedor comunitario con el nombre de «Santa Teresa de Calcuta» una mujer que se preocupó por los más pobres de los pobres.
En esta semana cumplimos ya un mes de trabajo ayudando a los más necesitados. Es un orgullo para nuestra comunidad en equipo resaltar el esfuerzo que se está haciendo por paliar un poco el hambre que por todas partes se nota.
Escogimos el día de la santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo para iniciar una labor de aproximación al prójimo ya que la oración misma nos animaba a iniciar el comedor comunitario: «para que nunca nos falte casa vestido y sustento» era el momento oportuno para lanzar la iniciativa.
Entre que si la habríamos o no lo habríamos, por falta de economía, estuvimos pensando dar de comer solamente lunes, luego lunes y miércoles. Al llegar el momento de la realidad iniciamos todos los días, cosa que no teníamos claro la continuidad de nuestro proyecto, mejor dicho el proyecto de Dios.
En nuestro corazón estaba la frase: «haz el bien y no mires a quién» y fue así que hasta el día de hoy las donaciones que nos hacen y las raciones que les damos al Estado subiendo semana a semana, lo cual nos llena de satisfacción ver cómo la gente llega con su topper y se van contentos para llevar a su casa un poco de comida.
Durante este mes hemos vivido experiencias muy hermosas cuando incluso personas pobres llegan con su bolsita de pasta, arroz, frijol o lentejas como una donación de sí mismos. Ver, a la puerta de nuestro comedor, llegar un coche o camioneta trayéndonos despensa es gratificante. Incluso no desean siquiera dar su nombre y lo hacen de modo anónimo precisamente para que la caridad sea de oculto.
Gracias a Dios No somos los únicos sino que ha habido más comedores comunitarios que están ayudando al prójimo, eso nos alienta a seguir en el camino del servicio.
Cuando Dios inspira y el hombre actúa, la gracia de Dios se derrama en los corazones.
